29 dic 2011

¿Ha llegado el día?

Si descuento los meses de aprendizaje durante 2008, este es el tercer año consecutivo del blog. Es mucho tiempo, sin duda, y por eso me entran ganas de imitar a cierto compañero, que dijo bueno amiguitos, el tiempo ha llegado, y se fue. Tal vez se deba al paso de un año más...

En otra entrada, Los cuentos son una lengua universal, indicamos la importancia de las historias en el desarrollo intelectual de los niños. También dijimos que cuando están leyendo o escuchando una historia, hay muchas zonas activas en el cerebro infantil:

  • La zona auditiva que descifra los sonidos, si la historia es hablada.
  • La visión y el procesamiento de textos, si la historia es leída.
  • Todas las partes visuales del cerebro, mientras imaginamos, por ejemplo, los personajes de una historia.
  • Y, a menudo, la zona emocional del cerebro, que resulta tan importante en la educación.

Como escribe Antonio Núñez en el libro de la presentación, “esta inteligencia narrativa es una de nuestras habilidades más sofisticadas como especie”. Los superordenadores ahora ya son capaces de ganar a los mejores jugadores de ajedrez. Pero ninguno de ellos puede reconocer a la Cenicienta o a Caperucita Roja en una sencilla nube de palabras.

La fuerza de las historias se comprueba en la narrativa digital o digital storytelling, que en este tiempo del blog han dejado de ser unas expresiones extrañas. Por esa razón, en la enseñanza, los relatos digitales ofrecen muchas ventajas educativas añadidas: entre otras, su relación con prácticas digitales innovadoras y su participación en la denominada alfabetización digital. Y esta influencia todavía crecerá porque afortunadamente la Red está llena de historias y relatos, de páginas web y podcasts, de foros y wikis, de vídeos y blogs. Aunque algunos, un día, se pierdan en la lluvia…

15 dic 2011

La teoría de los calderos

Inventar una historia y tratar de escribirla es como introducirse en un laberinto. O igual que cocinar en un caldero, cuando no sabes qué ingredientes tienes que elegir. Seguramente por ese motivo los niños siempre empiezan las tareas de escritura con unas dosis elevadas de inquietud. Pero lo importante es que sepan que no hay laberintos ni monstruos invencibles que les impidan escribir. Y que, en todo caso, nunca está de más conocer una buena cocina de la escritura, incluso si es con un caldero.

Hace tiempo que uso estos curiosos artefactos, con un significado especial en las tradiciones de muchos pueblos. A simple vista, un caldero puede parecer sólo una enorme olla. Pero en las mitologías irlandesa, galesa y céltica es considerado un objeto mágico que tiene poderes extraordinarios. Es posible que, a través del juego, algún modelo también sirva para descubrir los pequeños secretos de la escritura. Al menos, la teoría que conozco defiende para ciertos calderos esa posibilidad.

10 dic 2011

Nasrudín y las facturas

Cuando se  vuelve a contar una historia, la intensidad o el énfasis suele cambiar según el ánimo de la persona que la cuenta. Además, con los relatos se lleva a cabo siempre un proceso de regeneración continuo. Pues bien, en otro post ya hablé de Nasrudín Hodja, un personaje de los cuentos populares del mundo. Un amigo de Pontevedra me envió uno de esos correos que circulan por las redes, que critican algunas de las decisiones de nuestros políticos. No sé cómo, pero al leerlo empezó a transformarse…

Un día, Nasrudín se sentó al borde de un río para descansar. Poco después llegó una multitud con aires muy nerviosos. Le contaron que en algunos lugares del país se estaba entregando, o se iba a entregar, un nuevo tipo de factura, que no había que pagar de momento. Con ella, las autoridades informaban del coste de una visita al médico, o el precio de la asistencia de los servicios de urgencias, o el valor económico de una intervención quirúrgica, y, por supuesto, de todo gasto que los ciudadanos ocasionaban a la sanidad pública.

Nasrudín se asombró, ya que pagaban sus impuestos. “No entiendo”, dijo.

Alguien aseguró, para tranquilizar al gentío, que lo hacían con la "sana" intención de concienciarlos. Porque costaba mucho atenderlos, aunque fuesen ellos mismos, con sus impuestos y cotizaciones, los que pagasen los servicios públicos.

Pero Nasrudín no se tranquilizó nada, al contrario. Y dijo que si admitían esas cosas, acabarían pagando todo lo que se les ocurriese a los gobernantes: por la comida de los hospitales, por el uso de las carreteras y caminos, por disfrutar de parques y jardines, o por sentarse en los bancos de las plazas.

Seguidamente, Nasrudín propuso que elaborasen un escrito y que lo llevasen por todas las ciudades del país. En la propuesta se decía lo siguiente:

Cada vez que el rey, el presidente del gobierno, los ministros, los presidentes de comunidades autónomas, los diputados y senadores, los presidentes de las diputaciones, los alcaldes y los concejales, se suban a su coche oficial, que les de entreguen de inmediato la factura.
Cuando visiten centros de mayores, hospitales o colegios, engalanados especialmente para su visita, que les entreguen de inmediato la factura.
Cuando asistan a la multitud de fiestas, recepciones y comilonas que se organizan por cualquier cosa, que les entreguen de inmediato la factura.
Cuando se suban en trenes o aviones para viajar en clase especial, y con el mejor servicio, que les entreguen de inmediato la factura...

Todo ello, claro está, con la única intención de que "se conciencien" por lo que gastan; y de lo que les cuesta a los ciudadanos mantener a tantos cargos públicos. Y para que, si son gente honesta, pidan de inmediato la reducción de su número al ver el precio de las facturas.

El iPad de los diputados

3 dic 2011

Ismaíl o diminuto (2ª parte)

Ver Ismaíl o diminuto (1ª parte)

Debido a que eran criaturas máxicas, ás veces empregaban uns estraños coñecementos. Só eles dominaban eses saberes e tiñan esa capacidade tan valiosa. Pero este episodio provocou enfados e tamén malentendidos. Moitos humanos sempre reclamaron unha parte da sabedoría dos seres diminutos para resolver algúns dos seus problemas.

En todo caso, e máis alá das montañas e das vellas árbores, por fóra da aldea xurdían as areas negras dun gran deserto. Era o Deserto Escuro, no que escintilaban as estrelas máis brillantes do universo, baixo un infinito ceo azul.

Cando resultaba necesario, unha néboa cegadora e transparente cubría a vivenda de Ismaíl. E tamén envolvía todas as demais casiñas do lugar. Desa maneira tan e tan especial, resultaban invisibles para calquera visitante inesperado.

Se deixamos a un lado este curioso detalle, as relacións entre os seres diminutos e os humanos eran boas. De feito, todos apreciaban a invisibilidade da xente diminuta. E aseguraban que era unha vantaxe, posto que evitaba a aparición de moitos conflitos.

No caso de que algunha situación ameazase a convivencia entre os seres máxicos e o pobo dos humanos, Ismaíl e os amigos da súa aldea agochábanse con rapidez. Pero sen perder en ningún momento o seu bo humor e a súa alegría.

Talvez por ese motivo a súa amizade tiña creado un entendemento case fantástico. Por iso, os homes e as mulleres, a pesar dos seus celos, confiaron no mundo encantado de Ismaíl.

Esta crenza durou centos de anos!

Ao mellor xa vós decatastes. Ismaíl non aparentaba unha estatura demasiado grande. Máis ben ao contrario, aproximadamente medía uns vinte e sete centímetros.

É dicir, medía algo máis dun palmo da man de calquera humano adulto.

Ademais, na súa cara miudiña e redonda había unha longa barba branca, moi común entre os seres da súa especie. Pois a maioría cumpría moitísimos anos.

Desde os primeiros días da súa presenza entre nós, houbo quen afirmou con certa sorna que debía ser un trasno sen apenas importancia. E algúns creron que se trataba dunha criatura máxica moi semellante a un ananiño saltareiro.

Pero outros, sobre todo os que despois coñecémolo mellor, sempre pensamos que Ismaíl o diminuto era un vello gnomo.

Un gnomo que viñera de moi lonxe…

flores

Se trata de una historia antigua, que surgió en las tierras de Malpica de Bergantiños, frente al mar. Mis alumnos, algunas veces, me cuentan más aventuras de Ismaíl, que ellos descubren mediante procedimientos misteriosos. Pero el tiempo ya empieza a ser un problema. ¿Quién se acordará de su tío Nasrudín y de su amiga Arundhati? ¿Qué hacer para hablar de la farera de Fisterra? ¿Cómo saber si la bruja Petra Malaúva sigue al acecho?

2 dic 2011

La escuela de antes

Sergio Periotti, un ilustrador argentino, nos cuenta una pequeña historia de escuelas, padres e hijos. Y es pequeña porque, como alguien dijo, menos es más…

La cabeza, de Sergio Periotti

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